SEVILLA CELEBRA LA COPA DEL REY
12/06/2005.- www.malagaes.com
El Betis celebra un año mágico con su segunda Copa del Rey (2-1)Un gol del delantero centro Dani decidió en la prórroga un partido muy igualado y en el que la dureza hizo su aparición en diversos momentos Oliveira adelantó al equipo verdiblanco, pero Aloisi empató enseguida
La Copa del Rey ahora es Betica
A la tercera fue la vencida. Serra Ferrer había perdido en la prórroga dos finales como técnico, una al frente del Mallorca y otra con el Barcelona, pero esta vez le sonrió la fortuna y el Betis se coronó campeón en el Vicente Calderón frente a un Osasuna que fue mejor pero tuvo menos pegada.Con un fútbol cicatero, puramente contragolpeador, pero con más experiencia y dinamita arriba, los verdiblancos ganaron su segunda Copa del Rey y pusieron un increíble broche de oro a un año mágico.Acabaron con los sueños de unos navarros mucho más osados de principio a fin. Cuando los penaltis parecían cantados, decidió la frescura de Dani. Ya en el tiempo reglamentario pudieron ganar los sevillanos, pero la raza rojilla y la testa de Aloisi lo impidieron y hasta ese momento hicieron justicia.Dentro de la tensión que preside toda final, Osasuna salió mejor que un Betis apocado, como si le pesara más de la cuenta su condición de favorito. Los navarros se hallaban quizá ante la única gran oportunidad de su vida y querían aprovecharla sin temor a la derrota.Aunque perdieran, jugarse el título en Madrid ya era un éxito sonado del que disfrutar. Por eso, sin perder de vista nunca su portería, no dudaron en presionar arriba y en irse como bloque en busca de un adversario al que le encanta jugar al contragolpe pero debe de ofrecer algo más de fútbol si quiere ser protagonista en la Champions.TanteoUn arranque prometedor, con más espacios de los previstos y un par de aproximaciones interesantes de ambas escuadras, dio paso a los clásicos minutos de tanteo clásicos en el boxeo y, por desgracia, cada vez más habituales también en el fútbol ramplón y conservador de hoy.Pese a que el duelo no tenía pinta de romperse, el dominio territorial era de Osasuna. Sus limitaciones no le impedían jugar con mucha más personalidad que el Betis. A sus jugadores, salvo algunas excepciones, les faltaba clase pero la suplían con arrojo y bemoles. Los lideraba el cacique Pablo García, que hasta cojo es capaz de manejar el centro del campo y de 'comerse' a Assunçao.El problema para los navarros, que intentaban una y otra vez encontrar a los gigantes Morales y Webo para buscar la segunda jugada, es que siempre dieron menos sensación de gol que los andaluces. Por algo el Betis presume de mayor presupuesto y mejores individualidades, sobre todo arriba. Parece que no hace nada, que tiene a gran parte de sus hombres fuera del partido, en especial un decepcionante Joaquín, pero cuando se acerca al área lo hace con el sello de un grande. Oliveira, ya que Edu también anduvo desorientado, siempre dispone de algún arma en su cartuchera con la que intimidar al adversario.No fueron muchas, pero sí dispuso de algunas ocasiones el Betis en la primera parte. Las más claras, una internada de Oliveira, que disparó fuera, y un cabezazo de Fernando, a centro del brasileño. Jugaba mucho peor como bloque, pero aparentaba más pegada.El duelo se fue animando a medida que el cansancio y el calor hicieron mella en los actores principales y secundarios. Hubo más alternativas, más ida y vuelta, y mejor fútbol. Joaquín apareció al fin para sacarse un gran centro que Oliveira cabeceó al exterior de la red. Poco antes, Elía tuvo que lucirse a disparo del brasileño. No se amilanó Osasuna, que rondó el gol en un par de acciones de Morales.Llegaba la hora de la verdad. Ambos técnicos comenzaban a cambiar sus peones, a hacer sus cálculos pensando en un duelo eterno. Serra Ferrer lo hizo en plan defensivo, ya que, para empezar, retiró a Arzu y dio entrada a Varela. En eso, Osasuna cometió un error gravísimo, fruto de la típica indecisión de portero y zaga ya mostrada este curso, y Oliveira no perdonó. La final parecía vista para sentencia, pero siete minutos después, a sólo ocho del 90, la cabeza milagrosa del recién entrado Aloisi, a centro de un Delporte magnífico toda la noche, forzó la dramática prórroga. En ella, Osasuna parecía más fresco y el Betis, ya sin el defensa Rivas, más desequilibrado. Pero decidió Dani. En una noche ejemplar, sobró la tángana final en la que se enzarzaron los jugadores de ambos equipos.
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